Los Agujeros se asoman por el techo de mi infancia, todavía llevo en las glándulas del gusto su sabor a tibia tristeza, como una sopita de fideo resbalando por la barbilla de una piel niña.
El polvo baila la danza lenta en los rayos de luz, esos rayos propios de las 6 de la tarde, esos huecos que atraviesan y develan quietud de vientre.
Que silencioso cariño despiden sus manos, ásperas y llenas de indulgencia.
Sorbo como sanguijuela su existencia, camino como gigante en el monte de sus plantas. Riego sus rosas, bugambilias y el bosque que me cría y me mancho los zapatos de inocente lodo.
Es un laberinto crujiente y decaído, es la casa de los niños muertos, del perpetuo luto deslizándose entre muebles.
El humo alimenta, el café pasea al lenguaje en la cocina, y yo juego y sorbo un juguito de cajita
7 comentarios:
que rico es disfrutar una tortilla de arina recien echa con queso fresco, o con mantequilla. mmmm
Probando cuenta, saludines por el blog y la literatura!!!
que bello carnalita. esas sombras son de luz. un abrazote.
siii tu tmb las conoses carnal!! ahi cresimos, con doña coti
como te digo que me gusta como escribes, es bueno saber que la lokura es algo que hace que nos mantengamos unidos a todos aunque derrenpe nos perdamos y no sabemos que pedo ahi estamos cuidandonos unos de los otros aunque no paresca sabes que aki tienes un gran aliado en este hermoso viaje ala lokura.
y tu tmb aqui tienes a una complice mas...
comañeros de viaje
y salud por eso pavo!
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